1. No te esfuerces por dar soluciones a los problemas que ella te plantea. Lo que de tí espera no es eso: le basta con que le escuches con atención y le demuestres tu comprensión. Si un día te encuentras un poco más guerrero puedes desoir este consejo, pero asume el rozamiento duro que con seguridad vas a sufrir. Si tienes mucha razón podrías incluso estropearlo definitivamente. No lo olvides: lo imortante no es si tu solución es buena o no, lo importante es que ella sienta que le haces caso.
2.No te olvides que la visión del mundo que ella tiene no es la que tu tienes: su primera percepción de las cosas es estética. Ella tiene una visión estética de todos los aspectos de la vida, no solo del aspecto de las cosas y de la fisonomía de las personas y de su forma de vestir, sino también del propio trato que le das: por eso la educación, la suavidad, la delicadeza (virtudes que no nos suelen acompañar) son tan importantes en la relación que tienes con ella (dejarme que cite a Goethe que en un tono un tanto irónico dice: "Trata a las mujeres con delicadeza, están hechas de una costilla encorvada"). Esta clave permite explicar muchas veces sus estados de ánimo, que no solo están muy condicionados por los distintos niveles hormonales que se producen a lo largo del ciclo femenino, sino que también lo están por su percepción estética propia y ajena; primero la propia: ¿qué estado de ánimo le queda cuando se va a poner el pantalón que hace seis meses que no se pone y nota que le iría mejor una talla más?; ¿como cambia su humor cuando se mira al espejo y recala con detalle en esa bolsita imperceptible para tí que le ha salido debajo del ojo izquierdo?; ¿como reacciona cuando dejas de afeitarte dos dias y no te ve guapo?. No me extiendo más porque podría rellenar páginas y páginas y no añadiría mucho a lo que ya todos deberíais saber
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